lunes, 15 de diciembre de 2008

Bancos Campesinos

Viaje a Marcarán el jueves por la noche para volver la noche del viernes. Tenía, todo el viernes, una reunión con campesinos de las comunidades de Vicos y Tupac Yupanqui. Me convocó Beatriz Rojas, colega emprendedora social asociada a Ashoka, que dirige Urpichallay.

"Juan - me dijo - tenemos dos fondos de 15 mil soles (uno para cada comunidad) y estaban destinados a iniciativas empresariales, pero los delegados campesinos han decidido hacer algo así como un fondo rotatorio con ese dinero. ¿Puedes venir a explicar que se puede hacer?" Y ante ese llamado, fui pues... tengo debilidad por los campesinos.

Los previos: Bangladesh e India

Yo tuve que viajar hasta Bangladesh e India para comprender ciertas cosas de las microfinanzas. Les tenía rechazo, básicamente porque los modelos aplicados en Latinoamérica privilegiaron siempre a las instituciones y no a los clientes. Me explico, en L.A. se generó un sentido común entre los expertos y los bancos multiraterales de que era preferible un crédito caro a uno inexistente. Y por eso, justificaron la tasa alta de interés como un asunto necesario para que las instituciones de microfinanzas sobrevivan, vivan y crezcan y así den cada vez más créditos a los pobres. Yo no les creía, confieso que me parecían despreciables, pero no tenía argumentos para justificar mi rechazo a sus argumentos, sólo la sensación que el modelo de negocio elegido en las instituciones de microfinanzas en A.L. era bastante comodón y privilegiaba a los banqueros (en ese tiempo ONG´s mucho más que a los prestatarios). Hasta que fue en Bangladesh, con Muhammad Yunus, que comprendí como es que las cosas podían hacerse de manera distinta en el campo de las microfinanzas. Crédito a 22 por ciento anual, para los más pobres de los pobres, que, en Bangladesh -país musulmán-, son las mujeres sin tierra que viven en áreas rurales. Y claro, Yunus pensó en la gente que recibe los créditos y en una tasa de interés viable, y recién en función de eso se ocupo de organizar el aparato institucional que resista esa tasa de interés. Me explico mejor: la lógica de Yunus fue: sólo puedo cobrar 22% de interés así que debo construir mi modelo de negocio con ese parámetro. A octubre del 2003, el Grameen Bank tenía 25 años de historia y más de 6 millones de prestatarias distribuidas en una enorme cantidad de poblados de Bangladesh.

Me acuerdo que lo primero que hizo Yunus fue mandarnos a visitar las agencias del Banco Grameen a las afueras de Dhaka y a entrevistar a las prestatarias. Íbamos en grupos de dos personas, más traductor y responsable del Grameen. Era mucho el calor por esa época y yo estaba con el horario bastante volteado así que pasaba las noches tarareando canciones para el horror de mi compañero brasilero no sólo de trabajo de campo sino de cuarto y cama camarote, pobre. La experiencia fue aleccionadora, sobretodo la arquitectura organizacional. Repito, Yunus pensó en los clientes primero, tasa de interés baja y luego armó su organización de bajo costo, Somos (El Comercio) contó algo de esto el sábado último, léanlo. Ya contaré yo algunas cosas de esto más adelante.

Luego viaje a India, a Ullon, a 5 horas por carro o dos horas en tren de Calcuta. Viajé para aprender de la experiencia de Kapil Mondal, el gran Kapilananda, entre idas y venidas por distintas zonas de India, pasé con él dos meses. Contaré más, pero me interesa aquí decir que con él aprendí que para cualquier familia y comunidad más importante que el crédito es el ahorro. Y que aun en la pobreza más grande, las personas podemos y debemos ahorrar y que es el ahorro de las familias de un pueblo, si existe un banco local, el que puede ser redistribuido a las empresas y familias que lo necesiten para crear más riqueza.

Kapil Mondal, ha creado un Banco en su pueblo, y con él aprendí que en cada pueblo debería haber un banco donde la gente pueda depositar sus ahorros y del que pueda tomar dinero prestado. La tasa de interés que su banco paga por el ahorro es de 4 % y la que cobra por el dinero que presta es de 24 %. El Banco, en el 2004, tenía 45 trabajadores, todos del pueblo y era la institución más importante de Ullon. Impresionante. Tengo con Romina, un documental a medio editar que da cuenta de este trabajo. Kapil es también emprendedor social asociado a Ashoka y, como tal, colega mío. En el 2004, luego de 10 años de fundado, su Banco tenía 10 mil clientes entre ahorristas y prestatarios y cerca de un millón de dólares circulando. Su radio de operación era 45 minutos a pedal (todo su personal se moviliza en bicicleta) desde su base de operaciones.

A diferencia de la valiosísima experiencia de Yunus, que ha recibido muchos millones de dólares en el transcurso de la historia del Grameen Bank, Mondal desarrolló su banco exclusivamente con los ahorros de los pobladores de Ullon y alrededores y su prestigio personal de hombre de bien.

En India y en Bangladesh, por la magnitud de la pobreza, la inmensidad de necesidades de sus respectivas gigantescas poblaciones y la juventud de sus Estados, uno tiene la oportunidad de ver el surgimiento de soluciones sociales bastante más descontaminadas de la cultura de occidente. Lo que quiero decir es que hay más espacio y libertad para echar a andar el cerebro pues los descubrimientos y soluciones de occidente llegan sólo como briznas de aire y son imposibles de repetir tal cual existen en occidente. Claro, el bagaje de las instituciones desarrolladas por occidente ayuda enormemente y Yunus y Mondal sabían del sistema bancario, pero tuvieron la suficiente libertad para construir sus modelos de negocio en base a las necesidades de su clientela. Una clientela a la que ningún modelo occidental le había prestado atención.

En Ullon, yo me sentía como en la Inglaterra del siglo XVII, cuándo nacía el concepto de banca moderna. Y veía a Kapil Mondal como el primer banquero del mundo.

También Venezuela
En el 2004, también pasé por Venezuela para seguir investigando sobre el tema. En Isla Margarita, Salomón Raydan, otro colega de Ashoka desarrolla un modelo de bancos comunales en las zonas urbanas. A diferencia de los anteriores, Salomón se considera un educador y él lo que hace es educar a los pobladores de un barrio para que tengan un mecanismo de ahorro y crédito autogestionario. Repito, no es un banquero, él organiza y educa a las familias de un barrio para que puedan crear y administrar pequeños banquitos comunales. La educación, con educación práctica relevante, se pueden crear nuevas instituciones sociales.

Las lecciones
Un poco de todo esto fui a hablar a Marcarán. De la necesidad que existan instituciones que permitan en nuestra comunidad ahorrar de manera segura y gracias a ello, solicitar y acceder a créditos. Les dije a los delegados de Vicos y Tupac Yupanqui que tenían la suerte de contar con esos 15 mil soles de capital semilla, pero que podrían complementar ese fondo con un capital similar que provenga del ahorro. Les dije que podían formar un banco, que si querían hacerlo podían convocar a accionistas y que esos accionistas nombren un gerente. Les dije que si lo hacían tenían que elegir bien a su directorio y a su gerente. Hablamos de las características personales que deben tener esas personas. Encargué que antes de nuestra próxima reunión un grupo de por lo menos 40 personas reciban una actualización en las cuatro operaciones matemáticas básicas y en el uso de la regla de tres simple directa. Hablamos de la seguridad del dinero. De las tasas de interés. Del negocio del Banco. De que ser accionista no podía garantizarte un crédito si no tienes ahorros. Que lo mejor era dar crédito en montos pequeños para comenzar y basado en la capacidad de ahorro de los solicitantes del crédito. Hablamos de los negocios posibles de realizar. Hablamos de la ética. Del buen comportamiento ciudadano. Hablamos de empresa.

Les dije que iba a volver. Que juntos podríamos hacer algo que pueda ser un ejemplo para el Perú. Si funcionaban bien estos dos prototipos de Bancos Campesinos podríamos crear algo importante para los campesinos del Perú. Y lo creo. Y creo que vale el esfuerzo subir en verano a conversar con ellos. Crear las reglas de juego con ellos.

Beatriz dice que pensemos en pequeño. Que comencemos bien humildes. Y así se hará.

Pero si algo quiero desde que visité a Kapil Mondal es que existe un banco campesino en cada comunidad y caserío del Perú. Miles de pequeños bancos locales, con su propia superintendencia, con un equipo de gente que se encargue de preparar al personal y a la gerencia. Un Banco Campesino independiente en cada comunidad y caserío del Perú podría de el punto de apoyo que cambie de manera definitiva la historia rural de nuestro Perú.

Espero que esto esté en el Plan de Gobierno de los partidos políticos en el 2011.


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