lunes, 21 de junio de 2010

Concentradito

Concentradito, como recuerdo eran las sopas de mi abuela. Largas horas de cocción para sacarle a las carnes y los huesos todo su sabor.
La última victoria de mi cuerpo sobre mis ganas,  los días de cama, la cara del médico, mi miedo, han traido un tiempo sin prisa. Espero por fin haber sido doblegado. No quiero volver a decir que estoy cansado, demolido, sin columna vertebral.
Largas horas de cocción. Concentradito. Dándole tiempo a las cosas importantes.

He estado desbalanceado. He pasado muchos meses, algunos años, excedido de chamba. Concentrándome demasiado en lo laboral. Distrayéndome de todas las otras cosas importantes de la vida.
Haciendo, deciendo sí, sí, sí. Aparentemente llevado por mi voluntad de dar. Pero también de facilismo. Es más fácil ir haciendo lo que uno sabe, que comprometerse con hacer las tareas adecuadas en el tiempo adecuado y sin desbordarse. Es decir, sin hacer más de lo que tu cuerpo, tu cerebro y tu corazón resisten. Sin hacer más de lo que tu organización soporta sin cambiar.
Entonces, he estado postergando el cambio y la evolución y también el equilibrio y la armonía entre las esferas de la vida.
Hasta que el cuerpo desde su mismísimo centro, explotó. Produciendo suficiente susto para hacer una evaluación y tomar medidas. Sin prisas. Concentradito. Como sopita de abuela. Dando el tiempo necesario para la cocción.

- Oye ¿a dónde ibas? ¿por qué no estás ya ahí? - dijo mi ombligo.
Y yo se a donde voy, pero claro que él podría reclamarme ¡por qué no estoy ya ahí!
- Oye ¿y el amor? ¿los hijitos? ¿la familia? ¿Cuándo si nunca tienes tiempo? ¿Cómo si siempre estas alerta? ¿Quién si siempre tienes prisa y mucha agenda? ¿Qué podrías ofrecer tú así como vives?

¡Asú! Fuertes cuestionamientos del señor ombligo.

Y entonces este pecho, ha decidido acelerar su bienestar. Actuar consistentemente con sus planes. Rápido aunque parezca inmóvil. Agílisimo, aunque parezca que no se mueve. Porque estando concentradito, pensando, uno define todo. Hacer es una tarea fácil. Saber qué hacer y cómo es mucho más difícil.

Hace meses vengo arreglando cositas. En mi casa, en mi vida, en mi trabajo. Estoy limpio. Estoy ya casi sano. Y tengo claro que vienen tiempos hermosos.

1 comentario:

Anahí dijo...

Felicidades por los arreglos que sin duda te harán mas feliz...
Un abrazo