martes, 22 de abril de 2008

El amor y el matrimonio

¡Que ceremonia tan bonita! Las palabras del papá, de los amigos y amigas. El tributo a ese romance. La emoción. Las declaraciones de amor de la novia al novio y del novio a la novia. La felicidad de la madre. Que levante la mano el que no se conmovió.
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¿Por qué no te has casado? Es una pregunta que ahora debo responder con cierta frecuencia. Mi respuesta es que no me he casado porque no me he querido divorciar. Mi padre, por su parte, me ha acusado de estafador. De haberle hecho perder el tiempo a mis novias y me ha pedido explícitamente que no le presente a ninguna mujer hasta que le mande el parte.
Mi viejo se deprimió mucho con mi última ruptura. Creo firmemente que los padres se enamoran un poco de la nuera o del yerno. Mi padre es de esos y confieso que alguna vez he tenido, de más chico, un poco de celos de él.
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Imposible no pensar en el amor y en el matrimonio este fin de semana. En la mujer que yo querré. En la sensación que quisiera tener todos los días al despertar. La emoción al mirarte, la emoción al pensarte. Ya llegará - me dijeron por ahí. El sábado hubiera respondido: "No tengo dudas, ya llega, pero que se apure".

1 comentario:

Anónimo dijo...

me parece que el matrimonio no solo es cuestión de amor, algo fundamental por supuesto, pero el compromiso, el detalle diario, el mensajito de amor, el construir todos los días, el buen sexo innovador, cada uno desde su perspectiva, pero tirarle una onda todos los días. Cuando construyes todos los días, no te aburres, siempre hay algo que hacer, es como construir tu casa, tu trabajo, tu vida, tu carrera, es exactamente lo mismo. Y tolerancia, paciencia, no existe la mujer perfecta, y menos el hombre.
Hay que quitarse los miedos, sacarlos afuera.....