jueves, 3 de diciembre de 2009

¿Es que acaso no te está pasando nada nuevo?

Me reclaman que escriba de manera más frecuente en este blog. ¿Es qué acaso no te está pasando nada nuevo digno de contarse?
Buena pregunta que encierra una paradoja.
A veces, uno escribe cuando ya todo es antiguo y está en calma, cuando tiene tiempo de mirar hacia atrás. Cuando aparecen cosas nuevas, más bien, uno no las escribe, las vive.
Y yo estoy acostumbrado a vivir de manera intensa.

Ahora, por ejemplo, tengo una avalancha de nuevo trabajo: paso el día haciendo informes, elaborando propuestas; por lo demás, sigo atendiendo, aunque menos, a empresarios, artistas, profesionales independientes que desean mejorar sus perspectivas económicas. Creo que en estos dos últimos meses me he sobreexigido un poco. Y en los últimos días bastante más.

Por otro lado, se ha ampliado por estos meses mi radio de acción a generar programas para enfrentar el alcoholismo en comunidades con presencia de actividades extractivas y con programas de responsabilidad social que desean que sus grupos de beneficiarios mejoren su economía.

En cierta medida, todo este 2009 ha sido en términos laborales un año de transición que ha implicado sentar las bases para un giro en el modelo de mi negocio.

He estado también ocupado en reflexionar acerca de las actitudes, prácticas y temores de mi bobo corazón, interesantes descubrimientos aunque parciales aún, así que sigo en ello. Ya habrá reporte oficial. Si acaso.

Trabajé mucho con los campesinos cercanos a Marcará en el Callejón de Huaylas, ha sido mi acción de responsabilidad social más importante del año. Viajar cada mes para generar un concepto de desarrollo, formar a los campesinos y ver sus caras lindas mes a mes ha sido, probablemente, tan bonito como estar acostado mirándole la cara a la bella durmiente; tengo un hijito ahí, que espero crezca fuerte y sano. Debo confesar que en los últimos tres meses lo he abandonado. Son los Bancos Campesinos que he ayudado a formar. Me gustaría tener más tiempo para poder ir, pero en estos últimos meses el tiempo me es escaso.

Se me ha dado por ser alumno también. Ahora tomo clases de improvisación con Rita Fernández y clases de dramaturgia con César de María. Me gustan ambas, me alimentan mucho ambas. Quisiera tener más tiempo para ser alumno. Quisiera que más gente ponga su talento a disposición de los demás y nos invite a su casa a aprender de sus experiencias y conocimientos. Quisiera que existan más oportunidades entre la gente de buen espíritu para formarnos los unos a los otros.
Ya antes, en este año y los últimos meses del año pasado trabajé un poco la voz con Pilar Nuñez, hice dos Sadhanas - yoga kundalini - con Vania Ruiz y dos talleres de clown con esa alma buena que es Wendy Ramos. Gracias profes por recuperarme un poco, por darme un chance a pesar de mis cansancios y durezas, gracias por compartir su sabiduría y su don de gentes.

Desde fines de agosto hago radio, sábados y domingos en radio Capital y eso hace que me haya perdido el concepto de fin de semana. Es un costo alto que se compensa con la oportunidad de hablarle a los limeños sobre algunos temas que conozco bien.
También te he sido infiel blogcito amarillo. Tengo otros dos blogs más que alimento con frecuencia, uno en la Mula y otro en el portal de RPP.
Y, lo sabes, trato siempre de darme tiempo para escuchar a mis amigas y amigos.

Lamentablemente, este año he abandonado un poco la lectura, por suerte, en los últimos días se están encargando de darme una cucharita de tónico que abre nuevamente el apetito por la literatura. No soy constante con el tratamiento, pero espero que de efecto.

Valeriana está bien. Más madura pero igual de Vala. Me gusta tener a mi perra. Que me reclame atención, que me obligue a sacarla a pasear. Ahora ando indeciso con ella, se que viene su celo pronto, y pienso y pienso si la cruzo o no. Aun no tengo respuestas.

También tengo un animal nuevo en casa, una tortuga que L me regalo. Primero estaba en el jardín de afuera, ahora está en el de adentro. Es bonito y alucinado verla caminar desde el comedor cuando estoy escribiendo. Pero a veces ¡se me escapa! se pierde dentro de la casa, aparece en mi cuarto después de dos días de búsqueda. La última vez, se meo y se cagó y aprendí que la pila de la tortuga apesta bien fuerte.
Y me he quedado pensando sobre esa imagen: "se te escapan las tortugas Infante".
Pueda que sea cierto.

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