miércoles, 18 de marzo de 2009

20 minutos


Tengo 20 minutos. R me ha invitado a cenar, abre su depa recién alquilado y ha convocado a un grupo de amigos. Se suponía que yo llegaba más temprano para tramar algunas cosas o ninguna, pero dormí demás (vitamina B) y decidí salir con Valita a dar una vuelta antes de bañarme. No saqué celular. Quisiera no sacar celular más seguido. R llamó un par de veces. Le he contestado la llamada y me ha pedido 45 minutos para ir a comprar las cosas que faltan. "Infame me has dejado inmóvil y no me contestas el celular". Y es por eso que tengo 20 minutos antes de salir. Pensé que podía ir antes y quedarme en el malecón mirando el mar. Pero eso significaba no darme el placer de envolverme en mis tres toallas y esperar calmo a que me seque. Y no estoy en estos días para apuros. En estos días no estoy para nada. Sólo para lo que me provoque de a verdad.

Ando cansado hasta el ridículo. Adolorido fisícamente hasta la pena. Y me llega jodidamente estar en esta situación. Entonces he decidido hacerle caso al cuerpo. Descansar un poco la cabeza, moverlo más. Adelgazarlo. Vigorizarlo.

Tengo que bajar las revoluciones de la mente. Tengo que dar curso a mis proyectos desatendidos. Tengo que integrar mi cuerpo con mi cerebro, mi cerebro con mi alma, y darle el timón a mi corazón.

Tengo que recuperar la locura. Tengo que volver a estar un poco loco.



Me sobran 10 minutos. Me voy al malecón. Bye.

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