sábado, 19 de julio de 2008

Qué bonita que es

Viene Chío, mi sobrina, a mi casa. Conversamos un rato y le pido que me acompañe unas cuadras a comprar algunas cosas en Polvos Rosados. Vamos con mi perra Valeriana Balita Libertad. Le cuento cosas, se ríe de mi, como siempre; me cuenta cosas, la miro y me río, como siempre.
No nos vemos hace meses. Desde siempre conversamos mucho.
Ella estudia ahora en Argentina. Estoy dividida, me dice. No me gusta estar en dos lugares. No me gusta ser de dos lugares. Osea me gusta pero no me gusta. Porque hay cosas que me gustan de los dos y cosas que no me gustan de los dos. No prefiero ni uno ni otro. Pero extraño donde no estoy.
- Vivirás donde te enamores -le digo.
- Supongo que así será - me responde.

Tiene dieciocho. Su vida efectivamente ha transcurrido entre Perú y Argentina. Fue engendrada aquí pero nació allá. La mitad de su primaria fue allá, la mitad de su secundaria aquí y viceversa. Ahora se fue a estudiar por allá la carrera universitaria. Pero viene en sus vacaciones.
Yo estaba haciendo siesta cuando llegó y no escuché el timbre. Tuvo que esperar un rato y caminar un poco porque creyó que no estaba. Se encontró con un novio de colegio. Yo pensé que ya lo había superado - me dice. Y ya pasaron cuatro años. Y encima hoy lo veo más tarde. Tenemos fiesta de la promo del colegio.
La acompaño a su paradero. Se embarca.
De regreso, Balita se adelanta.
Un chico, un pata grande, la agarra, qué bonita es - me dice.
Si - respondo.
Yo sigo caminando, él me sigue hablando, ¿cuántos años tiene? ¿es chiquita aún no?, 15 meses y si, es chiquita. Diserta sobre si ya es época de cruzarla, primero apuesta por el cruce, luego dice, aún no es tiempo.
Deja sus cosas en el suelo, una botella de agua y una bolsa de papel con algo adentro.
- ¿Puedo cargarla? - me pregunta - haciéndome volver.
- Si claro - respondo.

Y la carga un rato, la abraza y le da un beso. Gracias me dice.

Esa es mi perra. :-)

martes, 15 de julio de 2008

Cuarenta años de amor

Me gustan las historias de buen amor. Me gusta cuando una pareja es capaz de mirarse con amor después de muchos años de estar ajuntada. Me gusta el brillo en los ojos de los enamorados.
Este año he visto algunas cuantas parejas con ese brillo. Bacha y Rox en su matrimonio, Alberto y Ariela en la parrillada de inauguración de su casa. No muchas más. Yo aspiro a eso. A mirarte con amor dentro de diez, veinte, treinta años.
Ayer el padre de N se despidió así de su esposa: "han sido cuarenta años de amor" - nos dijo, le dijo.
Él ya estaba tranquilo. Su mujer aguantó todo lo que pudo para que él pueda aceptar su muerte. Su hija hace unas semanas estaba preocupada por él. No imaginaba como su padre iba a poder vivir sin su madre. Su madre ya estaba muy mal. Pero aguantó y aguantó. Semanas. Dándole la chance a su esposo de entender que se tenía que ir. Postergar por unas semanas la propia muerte para que tu pareja se acomode, eso es amor.
Un abrazo Nati.

De colores

Ayer durante el entierro de la mamá de N pensaba: ¿cuántos puntos de negro faltan en mi piel para poder postular con éxito a cargador de feretros? Es probable que no me falte nada o que apenas me falte una pizca pero temo que al postularme al trabajo me digan: usted no es lo suficientemente negro.

lunes, 14 de julio de 2008

Mi primera casa II

Yo llegué ahí a fines del 91 o comienzos del 92. No recuerdo bien. Sólo se que cuando explotó Tarata yo ya estaba ahí y eso fue en el 92. Difícil época. Tenía miedo de caminar al costado de los policías, de cruzar una comisaría, pisar un café, de usar morral, de decir que era sociólogo, de viajar por el Perú con el pelo corto o largo.
¿Qué le diría a un policía para no resultar sospechoso si me bajan de un bus en el interior? ¿qué le diría a un grupo de terroristas para que me crean que no soy un tombo encubierto? Eso pensaba a menudo.
Mi casa, ya te conté, era un cuarto con su baño al frente y una amplia terraza. Creo que aún no había descubierto el placer de las plantas. Así que no tenía plantas. Por las tardes regresando del trabajo yo me sentaba en el muro relativamente ancho que bordeaba la terraza. Me apoyaba en la pared exterior del baño. Parecía un vigía, un campana. Mi amigo Polo venía a buscarme en su carro para jugar tenis. Polay Campos - le decíamos. Polay, Polaco, Polay Campos, como el dirigente del MRTA - le decíamos.
La casa quedaba en la esquina de Félix Olcay con Bartolomé Trujillo, en Miraflores. Frente a un parque. Durante una época, si recuerdo bien, después de lo de Tarata, comenzaron a aparecer sospechosamente vagabundos que se instalaron a dormir en el parque. Fue cerca de una o dos semanas. Cosa rara - pensaba yo - estos tíos parecen de un servicio de inteligencia. Aparecieron más barrenderos que de costumbre.
Ya en el 91 o en el verano del 92 había explotado una bomba a una cuadra de la oficina donde trabajaba, desencajándola por completo. Ya había volado el canal dos.
Cuando lo de Tarata, yo estaba ensayando con Telba la obra "Puro blablabla" en el patio de un colegio en la esquina de Angamos con la avenida Arequipa. Todo el grupo estaba sobre los zancos dando una pasada a la obra. Y ¡pluuuuuumb! El bombazo. Todos nos tiramos al suelo desde las respectivas alturas de nuestros zancos.
Mierda.
Fue difícil la juventud en los años de Sendero.
Un día entre en mi casa, que era un cuarto, y me pareció que alguien había rebuscado entre mis cosas. Yo lo sentí. Fue la primera vez que me visitaron pero sospecho que no la única. Luego, durante la época de Gamarra me pasó varias otras veces. Mi oficina, mi casa, mi carro, fueron visitados. El SIN encubierto de ladrones supongo. Pero eso fue después. La primera vez que fui sospechoso de algo fue ahí en Félix Olcay. No tengo pruebas, claro. Sólo las sensaciones. Y bueno, una noticia en algún reportaje periodístico, meses después que Abimael cayera, que ahí cerquita a mi casa, a media cuadra, habían estado Maritza Garrido Lecca y su novio supuestamente alojando a Abimael.
Entonces claro, comprendí que ese chico que se sentaba en el muro de su terraza a tomar sol, a pasar el tiempo, y que le gritaba a su amigo Polay, podría ser tranquilamente, para unos avispados agentes de inteligencia, un campana del equipo de seguridad de Abimael.
¿Será que desde ahí tendré mi expediente?

sábado, 12 de julio de 2008

Mi primera casa

Mi primera casa fue un cuarto. Un cuarto de azotea en una casa de Miraflores. El típico cuarto de empleada doméstica, 3x3, techo enclenque y una puerta que dejaba colar el frío. El baño afuera a tres metros del cuarto, el acabado inexistente, todo de cemento sin una sola mayólica de revestimiento, ducha eléctrica, labatorio e inodoro pequeños, baratitos nomás. Eso si, una amplia terraza. Recuerdo que costaba 70 dólares el mes.

Mi primera casa que fue un cuarto me la consiguió B. Periódico en mano, cogió su bicicleta y no paró hasta ubicarla. Sola. Luego me llevó. Vas a vivir aquí. Yo tenía 25, ella 20.

A mi, vivir en casa de mi madre no me estaba haciendo bien. Era el tiempo en el que cargaba las muertes de mis abuelos y a mi madre ya se le había desatado la bipolaridad. Cuando entraba en la fase de manía discutíamos mucho, mi mamá se ponía muy agresiva e incluso violenta. Yo no sabía callarme y respondía a sus provocaciones. Ella no sabía callarse y respondía a las mías. Un día B se ganó con una muy fuerte discusión. Intervino. Le dijo a mi madre: "No te das cuenta que Juan está mal". Le alzó la voz. Valiente. Mi madre calló. Qué tal B. Estuvo fantástica y convincente.

Admiré a B. ¿Cómo estará? Valoro esto que hizo por mi . Tomó cartas en el asunto. No consultó. Nada. Simplemente chapó periódico y bicicleta y me instaló en mi primera casa.

Continuará prontito...

viernes, 11 de julio de 2008

Palabras para Julia

LETRA: José Agustín Goytisolo



Tú no puedes volver atrás

porque la vida ya te empuja

como un aullido interminable,

interminable...



Hija mía,

es mejor vivir con la alegría de los hombres,

que llorar ante el muro ciego.



Te sentirás acorralada,

te sentirás perdida o sola,

tal vez querrás no haber nacido.



Yo se muy bien que te dirán

que la vida no tiene objeto,

que es un asunto desgraciado.



Entonces siempre acuérdate

de lo que un día yo escribí

pensando en ti

como ahora pienso.



La vida es bella ya veras,

como a pesar de los pesares,

tendrás amigos,

tendrás amor,

tendrás amigos...



Pero yo cuando te hablo a ti,

cuando te escribo estas palabras,

pienso también en otros hombres.



Un hombre solo,

una mujer así,

tomados de uno en uno,

son como polvo,

no son nada.



Tu destino esta en los demás,

tu futuro es tu propia vida,

tu dignidad es la de todos.



Nunca te entregues ni te apartes

junto al camino,

nunca digas

no puedo mas y aquí me quedo.



Por lo demás no hay elección

y este mundo tal como es

sera todo tu patrimonio.

sábado, 5 de julio de 2008

Escrito por una gallina

No te lo pierdas, sólo sábado y domingo 7 p.m.

Buena, fuerte, intensa, atrevida, muy femenina. Jimena Lindo está notable y Guillermo Castrillón también. La sala es chica, debe llenarse si vences el frío, la flojera y paras de revisar blogs en lugar de asistir a la Alianza Francesa. Alimenta tu alma. Deja el pop corn y los hotdogs. Llega antes de las 7 p.m.