jueves, 6 de agosto de 2009

Si saliéramos de este remolino


¿Cuándo entramos al remolino del consumo? ¿Fue en el siglo XX o en el XIX? Creo que importaría reconstruir la historia ésta que va a concluir con el fin del mundo. ¿Cuáles han sido las curvas en este camino que nos lleva al despeñadero? No lo se, pero creo que sería bueno identificar sus hitos, los puntos de inflexión que llevan a nuestro final.
Hasta ahora, hemos estado acostumbrados a hablar del sistema capitalista plateándonos su dicotomía con el comunismo o su versión light el socialismo. Pero, ya a estas alturas, convendría dejar esos términos guerreros y falsamente dicotómicos para hablar del eje que hoy por hoy mueve todo: el consumismo. Nuestras pinches ganas de tenerlo todo en versión individual. La exacerbación de nuestro ego a través de la reiteración del "yo tengo", "yo tengo", "yo tengo".
Si claro ¡qué ingenuo eres! - me dirán algunos -, el consumismo es alimentado por el deseo de las empresas de generar más y más utilidades para sus socios. Y son finalmente ellas las que nos alientan a través de la publicidad al consumo.

Yo creo que ya no. Hoy somos nosotros los consumidores los que alimentamos a las empresas. Hoy podríamos decir basta, nos bajamos del coche, nos bajamos del remolino consumista.
- ¿Cómo?
- Simplemente parando.
- ¿Pero somos demasiados para parar? - me dirán.
- ¿Y? ¿Cuál es el problema?
- ¿Pero de que vamos a vivir? ¿Quién trabajará? - me pregutarán.

En realidad, necesitamos mucho menos cosas de las que tenemos y mucho menos de las que quisiéramos tener. En realidad, necesitamos mucho menos empresas de las que existen, necesitamos trabajar mucho menos de lo que trabajamos.

La joda, es que nos gusta demasiado tener. La joda es que no podemos controlar nuestras ganas de mostrar lo que compramos. La joda es que probablemente si paramos no sabríamos que cosa hacer con nuestras vidas.

Somos ya todos como esas historias que se leían en décadas pasadas sobre los japoneses. No podemos dejar de trabajar, no podemos dejar de consumir, no podemos dejar el camino que nos lleva al fin del mundo.

Es de bobos. Totalmente de bobos no hacer algo radical. Un plantón, una parada general. Lo que se opone al consumismo, por ahora, es el no consumo.
Después ya veremos.

2 comentarios:

Unknown dijo...

No hay que ser pesimistas. ¡Treinta pares de zapatos que uno compra le da trabajo a un chinito para vivir durante medio segundo!

¡Suerte y Éxitos!

Anónimo dijo...

Es como me decia una voluntaria de una ONg,puede q tenemos buenas intensiones y queremos mejorar todo pero no todo es como quisieramos Randy Aguirre