sábado, 28 de agosto de 2010

¿De cuántas cosas solemos hablar?

Reflexiono en los últimos tiempos sobre las cosas de las que hablamos los peruanos cuando nos presentamos por primera vez, tenemos reuniones con nuestros colegas o nos encontramos con amigos que ya conocemos.
¿Cuál es nuestra aproximación con el otro? ¿De dónde parte? ¿Desde cuál de nuestros roles asumimos una conversación? ¿Desde cuál de las esferas de nuestra vida?
Cuando se reunen dos mujeres que se conocen ¿de qué hablan? cuando nos reunimos un grupo de hombres ¿de qué hablamos? ¿de qué hablan los homosexuales cuando se juntan? ¿de qué una mujer y un hombre que recién se conocen?
Mi sospecha es que los peruanos tenemos pocas variantes temáticas. La mayoría de ellas relacionadas con factores externos a nosotros o con aspectos ligados al chisme o a nuestra situación sentimental.
Poco se habla con profundidad, preferimos quedarnos en la superficie, nos da flojera cavar, urgar en uno o en el otro.
Poco también hablamos de los aspectos ligados a lo laboral o empresarial. De ese tema, del tema del billete no hablamos. Es tabú, como antes lo era hablar de sexo.

martes, 24 de agosto de 2010

Que las cosas funcionen

¿De qué depende que las cosas funcionen?
Yo creo que de uno. Uno debe dejarlas funcionar. Uno debe ponerse al servicio de sus sueños. Sucede que a veces, no fluímos. En vez de aplanar el terreno le ponemos obstáculos. Quizás no sea el mundo el que complota contra ti. Quizás el problema está en ti.
Deshácete de tus nudos. Chambea en eso. Deja que lo bueno que hay en ti fluya.

lunes, 23 de agosto de 2010

Atreverse a ganar

Llegará el momento en que nos atrevamos a ganar. Estoy viendo el partido de las chicas del voley. Cuando están concentradas son mejores que el equipo de Bélgica. Sucede que se desconcentran con facilidad. Perdieron el primer set con roche. El segundo lo ganaban fácil hasta que se pusieron a un punto de cerrarlo, ahí, perdieron ocho puntos consecutivos. Igual ganaron. Pierden el tercero por desconcentración y ahora, van ganando con facilidad el cuarto set. Si se sostienen, Perú y Bélgica definirán en el quinto set. ¿Cuál de los dos equipos tendrá más carácter?
En algún momento podremos ganar olimpiadas y copas mundiales, por ahora, todavía nos cuesta.

El cansancio en Lima

Por mi trabajo, suelo prestar atención al trabajo de la gente. Miro y si tengo necesidad, pregunto. En estas últimas semanas observo con sorpresa cómo la gente está atendiendo. Y noto que está cansada y distraída ¿Qué será? Lo veo hasta en Wong, es distinta ahora la actitud de los empleados cuando uno les pregunta por algún producto. Y así como en Wong, en varios lados.
¿Será que el prolongadísimo período de mejoramiento vial al que hemos estado sometidos ha terminado por derrotarnos? Tanto atollo, tanto estrés, tanto esfuerzo de paciencia nos puede haber convertido en unos zombies.

Me están pateando la puerta

Mi perra patea la puerta de la cocina. No es normal.
Está en celo. Pero parece haber percibido mis nervios. Ya les cuento.

En cada temporada de éstas, le restrinjo la entrada a ciertas partes de la casa. También restrinjo nuestras caminatas: O tarde en la noche o muy temprano por la mañana. Pero ya estábamos saliendo poco. He viajado mucho, ha estado haciendo mucho frío, he estado tomando muchos cursos.
He incumplido con mis déberes.
Valita es tolerante e incondicional. Pero de cuando en vez me dice ¡No te pases!
Hoy patea la puerta. ¡No te pases!
Pero parece haber leído el mail donde me aconsejan operarla para que no tenga celo. Es una posibilidad que no estaba en nuestro código de convivencia. Ella se ha puesto nerviosa y yo me he bañado para salir con ella a pasear. Culposo.
Valita llora en la cocina. Yo reporto este hecho. La he criado sin correas y sin muchos no. Mi perra está criada para la libertad.
Creo que N se siente con culpa también. Ha escrito un mail más largo y muy explicativo. No la creo cruel. Ama los animales. También es muy práctica.
Bueno.
En esta casa estamos necesitando caminar.
Con permiso.

jueves, 19 de agosto de 2010

Hay cosas que quiero contarte

Tengo ganas de escribir. Hay cosas que quiero contarte.
Pero en estas semanas he tenido demasiado trabajo.
Me voy a Pisco. Tengo una charla por la tarde. Me gustaría ir acompañado por alguien que sepa manejar. Para turnarnos. Voy solo. El regreso es el problema. Acabaré cansado. O duermo cerca al mar y vuelvo mañana.
Veremos.