lunes, 25 de agosto de 2008

Reflections on ethics and the process of making things happen


If ethics is the choice for the common good
- Deciding not to act because it is difficult and there are uncertaintities involved... is not ethical;
- Deciding to act small because it is more confortable... is not ethical;
- Deciding to hold back (your proposals, ideas and actions) because you don´t want to go against "the group"... is not ethical;
- Deciding to doing the possible instead of trying to making the impossible possible...is not ethical;
- Deciding to use just a part of your potencial (to save it for self-interested purposes)... is not ethical;
- Deciding not to persist up to the limits of your forces...is not ethical;
- Deciding to conform to existing limitations (even the ones in the form of inadequate laws)... is not ethical;
- Deciding not to act, to stay in silence, letting fear stay in the way... is not ethical;
- Deciding to conform to the "letter of the law" instead of persisting on the path difined by the "spirit of law"... is not ethical;
- Deciding to "delegate" your natural power, as a world citizen, to others... is not ethical;
- Deciding not to try because nobody tried it before... is not ethical;
- Deciding not to act on challenges of scale and complexity because they look overwhelming... is not ethical;
- Deciding not to pursue the pefection and conform to what seems "negotioable"... is not ethical;
- Deciding to postpone bold actions again and again "waiting for the right moment"... is not ethical;
- Deciding not to act pressed by the convetions established by your own "professional community"... is not ethical;
- Deciding to hold back because you may not be recognized as the author of the solution...is not ethical;
- Deciding to "play the game" and pretend that you are not seeing the manipulations underway...is not ethical;
- Deciding to live the realm of ideas, diagnosis and theories instead of taking the riscks and going for action... is not ethical;
- Deciding to act only when all is scientifically proven, even when the truth is self evident... is not ethical;
- Deciding to reject all radically creative ideas (yours including) when the "traditional-not-so-radical ideas" have not been working...is not ethical;
- Deciding not to act because the process of reaching the perfect solution is too complex and difficult to implement... is not ethical;
- Deciding to reject every proposal that looks "idealistic" or "uthopic"... is not ethical.

(Insights of Oscar Motomura during Tallberg concert that followed the session of Moral Boundaries Workshop, Summer of 2008)

domingo, 17 de agosto de 2008

Lección de amor

"- ¿Te agradaría que te dejasen atrás porque tuvieras miedo? No quiere saltar al río porque antes nunca hizo nada parecido. ¿Qué pretendes?
- Sólo quise decir... Ayla, no es más que un lobo. Los lobos siempre cruzan los ríos. Solamente necesita una razón para zambullirse. Si no nos alcanza volveremos a buscarlo. No pretendí decir que íbamos a abandonarlo aquí.
- No hace falta que te preocupes. Iré a buscarlo ahora mismo - dijo Ayla, dando la espalda al hombre e instando a Whinney a entrar en el agua.
El joven lobo no dejaba de gemir y olfatear las huellas dejadas en el suelo por los cascos de los caballos, y miraba a las personas y los caballos que se encontraban al lado opuesto de la corriente. Ayla volvió a llamarlo, cuando la yegua entró a la corriente. En mitad de camino, Whinney sintió que el suelo cedía y relinchó alarmada, tratando de encontrar una base más firme.
- ¡Lobo! Ven aquí, Lobo! ¡No es más que agua! ¡Vamos Lobo! ¡Entra! - gritó Ayla, en un intento de atraer al río que discurría entre remolinos al animal joven y aprensivo. Luego se deslizó del lomo de Whinney y decidió nadar hasta la empinada orilla. Finalmente, Lobo reunió valor y se zambulló. Cayó con un fuerte chapoteo y empezó a nadar hacia ella.
- ¡Eso es! ¡Muy bien, Lobo!
Whinney luchaba por hacer pie y Ayla, con el brazo alrededor del Lobo, trataba de llegar a la yegua. Jondalar ya estaba allí, hundido en el agua hasta el pecho, tranquilizando a la yegua y acercándose a Ayla. Todos juntos llegaron a la otra orilla.
- Será mejor que nos demos prisa si queremos recorrer hoy un poco de terreno -dijo Ayla, los ojos todavía coléricos mientras montaba de nuevo a la yegua.
- No -dijo Jondalar, reteniéndola-. No partiremos antes de que te hayas cambiado de ropa. Y creo que habría que cepillar a los caballos para secarlos, y quizás también a ese lobo. Hoy ya hemos viajado bastante. Esta noche acamparemos aquí. Me llevó cuatro años para retornar; pero, Ayla, quiero llevarte sana y salva.
Cuando Ayla le miró, la expresión de inquietud y amor en los ojos intensamente azules de Jondalar disipó los últimos vestigios de la cólera que había experimentado. Extendió la mano hacia él, mientras Jondalar inclinaba la cabeza hacia ella, y Ayla sintió la misma increíble maravilla que la había embargado la primera vez que él había unido sus labios a los de ella, enseñándole lo que era un beso. Una alegría inenarrable llenó todo su ser al darse cuenta de que viajaba con él, regresaba al hogar con él. Le amaba más de lo que era capaz de expresar, su amor incluso era más fuerte ahora, después del prolongado invierno, cuando había llegado a creer que Jondalar ya no la amaba y que se marcharía sin ella.
Jondalar había temido por ella cuando regresó al río y ahora la apretaba contra su cuerpo, abrazándola. La amaba más de lo que jamás había creído posible amar a alguien. Antes de Ayla, él no sabía que podía llegar a amar tanto. En cierta ocasión casi la había perdido. Aquella vez estaba seguro de Ayla continuaría junto al hombre moreno de los ojos vivaces, y ahora no podía soportar la idea de perderla de nuevo.
Con dos caballos y un lobo como compañero, en un mundo donde antes hubiera sido impensable la posibilidad de domesticar tales animales, un hombre estaba solo, con la mujer que amaba, en medio de una vasta y fría pradera, en la que abundaban animales muy diferentes y en donde casi no había existencia humana, proyectando un viaje que se extendía a través de un continente. Sin embargo, a veces el mero pensamiento de que ella pudiera sufrir algún daño le abrumaba tan intensamente que casi se le cortaba la respiración. En esos momentos deseaba unirse eternamente a Ayla en un estrecho abrazo."

Auel, Jean M. Las Llanuras del Tránsito. De la serie los hijos de la tierra.

domingo


Tuve la buena idea de salir a caminar por el malecón, temprano. Bueno, más o menos temprano: 9:00 a.m. No salí ayer, qué bueno. Sólo extrañé perderme la película que quería ver. Pero llovía y no estaba por la labor.
Leí un poco, vi al pez ganar su octava medalla de oro, dormí, desperté con la llegada alcoholizada de R y volví a dormir. Hoy viajo a Sao Paulo y me parece que necesitaba mentalizarme.
Me gusta caminar. Mucho. Es decir, me gusta mucho caminar y me gusta caminar mucho. Hoy caminé casi tres horas. Es un ejercicio de limpieza mental. Las cosas cotidianas van pasando a segundo plano a manera que avanzas y comienzan a emerger las importantes. Por eso me gusta caminar. Además está Valita, que hoy fue Valeriana. Es una buena compañera de caminatas. Va sin correa entonces ella tiene libertad de movimiento y yo también. Siempre es un riesgo, lo se, lo se, pero es más divertido.
Vi a J llegando nomás pasar rauda en su carro azul. Grité su nombre. Demasiado tarde. Hubiera sido bacán caminar un rato contigo. Te conté que apareciste en mi viajecito. Muy divertida, muy duende. Me has hecho carcajearme una y otra vez. Tanto, que al final de la sesión me dio un poco de vergüenza mirar a los compañeros. Se agradece.
El Municipio de Miraflores había organizado una campaña de vacunación y no tuvo mejor idea que plantarla frente al velatorio de la Iglesia de la Virgen de Fátima. Me pareció un poco faltoso, con tanto parque, era mejor dejar a los muertitos en paz, pensé en rajar, pero bueno. Ya le tocaba a Valita sus vacunas del año, así que decidí que nada de rajes.
Llegué hasta el puente de los suspiros, suspiré y regresé. Casi llegando al parque Reiche apareció S. Gran sonrisa. Buena lora. La acompañé hasta el parque del Amor. Tantos años S y nos seguimos acordando del Negro y tú te sigues acordando de mi historia de la combi!!! Qué escándalo. Hablemos.
Vacuno a Valita de regreso. Dos sesiones de vacunación con dos pinchadoras distintas. Una la quíntuple y la otra la antirrábica. Con la primera Valita la pasó bien. La otra, la hizo sufrir mucho. Media taba la chica. Por no decir una cosa más fuerte. Pobre Vala. Por eso hoy es Valeriana. Regreso a casa a las 12:30 y me provoca un cebiche. Hoy por hoy mi lugar favorito para comer cebiche está en el Edén de Benavides. Me encanta comer cebiche en ese mercado. Por siete lucas te dan un chilcano inmejorable y un cebiche muy fresco.
Regreso, veo mis tickets. Viajo a las 9:40 p.m. Hago siesta. Preparo la maleta. No olvidar el certificado de vacuna de contra la fiebre amarilla.
Y ahora hago tiempo. Prendo la máquina y aparece T en el gmail. No la veo desde hace un año. No tengo ningún dato para darle. No se a que hotel llego. Espero que a quien le toque recogerme esta vez llegue y lo haga puntual. Y que no hayan otros que lleguen y que tenga que esperar. Llegar a las 4 de la mañana a un aeropuerto y tener que esperar no es grato. Y en estos eventos a veces hay que hacerlo. T me pide chocotejas. Y pregunta ¿cuándo nos vemos? Mañana, será mañana. Fueron tan bonitos esos días el año pasado, conversación, llanto, cariño. Cuànto tiempo pasó. Cuántas cosas pasaron. Cuántas no pasaron.
Tengo que llamar al taxi.

lunes, 11 de agosto de 2008

El peso del Clan


Ya van a hacer dos años desde que E me regaló el libro "El Clan del Oso Cavernario" de Jean M. Auel. El libro relata de manera hermosa la dura historia de Ayla, una niña Cro-magnon de cinco años que pierde a su familia a causa de un terremoto y es recogida por un clan de hombres de Neandertal. Ese libro me enseñó acerca del peso de los clanes.

Digamos que un clan es un grupo de referencia que tiene unas creencias, unas reglas de juego, unos comportamientos y pensamientos aceptados y unos comportamientos y pensamientos que no son aceptados y que incluso son penados. Nuestro primer clan es la familia y luego viene el clan escolar, el del barrio, el de la universidad y el de cualquier grupo al cual nos adherimos por simpatía.
El clan nos da un sentido de identidad, de pertenencia, de seguridad. A cambio, nos exige lealtad. No podemos salirnos de las reglas impuestas por el clan. Si nos salimos, se nos castiga y si persistimos, se nos expulsa.
El clan da, pero también quita. Te priva de la libertad de discernir, de pensar independientemente acerca de ti mismo, de tomar acción siguiendo tus propios criterios si es que quieres hacerlo.

Escribo este post como complemento del que escribí el 8/8/8 porque también me he topado con el peso de los clanes dentro de mi trabajo y, ya que fui tan extenso acerca del peso de las carencias afectivas tempranas en el desarrollo personal, no quiero dejar pasar este tema. Se además, que me faltarán unos cuantos más. El de los traumas ocurridos en la adultez y el peso de las ideologías, por ejemplo.

Comenzaré con una historia personal que quizás ayude a ilustrar esto. Años 91, 92, 93, 94. En mi clan principal éramos un divertido grupo de tres parejas que viajábamos mucho por el Perú, veraneábamos y nos reuníamos cada fin de semana a tomar unos tragos principalmente en el bar la Noche. Época de Sendero, post fujishock y pocas y complicadas oportunidades laborales para los hombres del clan que nos iniciábamos en el mercado laboral mientras que dos de las chicas aún estaban en la universidad y la otra en proceso de transformación de identidad profesional. Tiempos llenos de insatisfacciones para todos.
Recuerdo noches interminables de rajes de la vida de los otros, análisis del país, quejas a granel, poco análisis de nuestras vidas y menos de nuestro futuro que era difícil de imaginar. Y claro, muchas risas y escapismo.
Fueron esas épocas en las que se me dio por entrar a Gamarra. Dejé el trabajo formal y formé mi empresa. Mis amigos, mi novia se extrañaron. Yo comencé hablar de otras cosas. Se aburrían. O no entendían. O se sentían cuestionados. Yo comencé a faltar a las reglas del clan. Mi movimiento no correspondía a lo que estábamos acostumbrados. Comencé a ser menos convocado. Poco a poco me fui aislando o me fueron aislando. Incluso mi novia comenzó a sentirme distinto. Se inició el proceso de ruptura. Cada tanto, la relación era cuestionada. Terminábamos y luego volvíamos. Una vez, dos veces, tres veces. Las separaciones eran cada vez más largas. Y con ellas, venía la separación con todos. Hasta que en un momento dije basta, una más y ya no espero.
La linda B había entrado en trompo. Sentía incluso celos de mi trabajo. Mis amigos, mis grandes amigos se alinearon con la ruptura. El clan reaccionó a mi cambio. Fui expulsado. Inicios del año 96.
El clan se defendió de mí. Yo transgredí lo permitido. Me salí de nuestras normas de comportamiento. Saqué los pies del plato. Yo no sabía lo que se ahora.

Ayer, vi una pela que compré con mi sobrina hace unas semanas. P.S., Te amo. Pensé que era una película ligerita, pero no lo era tanto. Una pareja de esposos jóvenes. El muere de un tumor en el cerebro. Pero se ocupa de dejarle una serie de cartas para acompañarla y guiarla en su proceso de reconstrucción. Se amaban. Antes de la carta final, la madre le habla a la hija: cada vez, con dolor, veo más que te pareces a mí. Es dentro de una secuencia donde Holly, la hija, le dice a la madre que no tenía recuerdos de ella sonriendo. El padre las había "abandonado" muy tempranamente. Es ahí cuando la madre le responde: con dolor veo que cada vez te pareces más a mí y me da pena que sea así, que no puedas amar a otro hombre. Tú padre no va a volver nunca más. Se abrazan. Lloran. Fue el primer diálogo honesto en muchos años de madre e hija. El clan familiar da un salto a partir de esa aceptación.

Y así es el peso de los clanes. Pasa mucho. Lo he visto muchas veces en grupos de amigos, en familias, en profesiones. Recuerdo a la gente con la que hacia teatro en los 90. Televisión nunca. En los artistas plásticos ahora. Dinero nunca. El clan manda a que nos neguemos ciertas cosas.
Yo creo que hay que cuestionar a nuestros clanes cuando estos nos impiden ser felices.

Ayla, la niña del clan Cro-magnon recogida por el clan Neardental era distinta. En físico, en habilidades. Durante muchos años estuvo reprimida por el clan que la salvo de la muerte. Su nueva familia no le permitía expandir sus potencialidades. Por ello fue que a escondidas, aislada, sola y con la tristeza de sentirse incomprendida fue perfeccionando las habilidades que finalmente la hicieron convertirse en líder.

Ve

Entrañable. Grandola. Abril del ¿97? ¿98? Lavapies. La película me hace acordar a ti. ¿La vimos juntos, no? ¿Fue acá o allá? El domingo anterior trate de bailar así en el cumpleaños de R. No salió. Jajaja. R, la hermana de J, había llevado una música de Kusturica. No me salió el baile pero me acordé de ti.

Lecciones de baile

Para los que la disfrutaron, un recuerdito, vayan ensayando.

viernes, 8 de agosto de 2008

Las 5:55 del 8/8/8


Nada, eso, son las 5:55 p.m. del 8 del 8 del 8. ¿Motivo para un post? ¿Por qué no? Vamos despabilándonos. Saco a pasear a Valita Libertad después de un par de días. Correlona como siempre. Yo estos días he estado concentrado en estar desconcentrado.
Algo bueno que he hecho es llevar a mi sobrina a unos baños de desintoxicación que suben la temperatura del cuerpo a 40 grados. Los tomé yo también. Hice fiebre de 40 y medio grados. Uno comienza a desesperarse porque venga la enfermera.
Mi sobrina, está con el azúcar alta. Hace dos semanas nos enteramos. Viejo fantasma familiar. Mi hermana Mariella desarrolló diabetes infantil a los ocho años. Murió hace cuatro. Tengo una deuda con un post sobre ella, su historia de vida y su historia final de amor. Gran lección de la que quiero hablar hace años.
Estuve en Bogotá, la semana de fiestas patrias. Trabajo intenso. ¿Cómo hacer que un grupo de personas se de cuenta de lo que le conviene hacer? Las resistencias, los temores, el no saber cómo hacerlo. Este ha sido mi trabajo principal en los últimos años. Demoler resistencias, dar valor a las personas, y luego demostrarles que hacer las cosas es fácil y que salvo pequeñeces que hay que aprender ya saben como hacerlas.
Lo yuca, lo difícil, lo que me exige esforzarme tanto, que a veces me llega a demoler a mi mismo, son las resistencias de las personas y sus temores. El poder de la mente. O su debilidad, no se. Sus mil excusas. Su aparente aversión a crecer. Sus trampas para no desarrollarse. La manera de inventarse fórmulas para complicarse. La obsesión por mirar atrás y congelarse, convertirse en piedra.
Pero me pregunto ¿miran atrás realmente? o ¿es que no pueden mirar ni patrás ni palante?. Tomo conciencia ahora que podría ser, más bien, como una parálisis frente a la sensación de estar parado en un pequeño apoyo al cual rodea un precipio los 360 grados. Vértigo y mucha soledad.
Entonces claro, clamas, llamas al llanto, aparece la frustración, gritas y el eco rebota porque sientes que no hay nadie que escuche.
Aunque tengas un cariño al lado, sientes que no hay nadie que te escuche.

¿No será que eres tú quien no escucha?

Pienso que mirar atrás debería ser un ejercicio de reelectura sanadora. De comprensión del por qué las personas actuaron de una manera u otra. Comprensión. Mirar atrás debería convertirse en un ejercicio de perdón y agradecimiento. Pero gana el daño, el no perdón, la necesidad de venganza.

Las conversaciones con mi sobrina Chío en el carro son muy gratas. Nos da tiempo el que tengamos que ir a Huachipa a la clínica del doctor Casanova. Ella viene a mis clases de yoga, se echa en mi cama un rato y de ahí salimos. Es tan buena y bonita. Lástima ya se va en unos días. La conversación de ayer fue acerca de la felicidad y los miedos. Tenemos suerte de que nuestros padres, los suyos y los míos, nos dieron mucho amor en nuestra infancia.

- Tío ¿eres feliz? - me pregunta - mientras manejo.
- Sí - le digo -, ¿y tú?
- Yo también - me responde -, y sonríe como un ángel.

Creo que es más fácil hacerse la vida simple cuando uno recibe amor de chico. Y bueno, aparentemente una importante cantidad de personas, no lo ha recibido. O cree no haberlo recibido. Y están todavía reclamándole a su padre o a su madre sin poder concentrarse en su presente, sin poder construir su futuro.
Las consecuencias son múltiples y en todos los ámbitos de la vida. Porque muchos no pueden confrontar sus reclamos directamente con sus padres. Y al no poder confrontar al "agresor" manifiestan su dolor, su carencia y, a veces, su venganza en cada relación que tienen. Laborales, empresariales, amorosas, en la crianza de sus hijos, en la manera como se ponen en riesgo, en la manera como afrontan sus aprendizajes, etc.

Tuve un ejemplo claro de esto hace unos días caminando y conversando con una amiga embarazada. "Casi me caigo cuando supe que estaba embarazada, corrí donde mi madre y me puse a llorar" - me cuenta-, "yo todavía quería que me cuiden" - le dijo a su madre.
La infancia de mi amiga ha sido particularmente dura. Y es eso, la carencia temprana de afecto termina convirtiéndose en una permanente y caprichosa demanda de atención. Y el disfrute y la capacidad de ser feliz de esa manera es limitado.
Me pregunto, ¿cómo podemos ayudar a los adultos a superar las carencias afectivas de su niñez?
Ya tengo que salir.